No os habéis preguntado nunca cuántas buenas ideas y proyectos surgen en las conversaciones de un café. Hace un par de semanas en una pausa del café, un amigo que es profesor de economía me dio la pista para este post.
Suscribo lo que este amigo mio comentaba, “es indudable que en la nueva era que vivimos, en la que el comportamiento del consumidor tiene una gran importancia, no se trata ya sólo de vender productos, sino que hay que ofrecer estilos de vida y experiencias para atraer a los clientes y fidelizarlos.”
Si hay una industria en la que esto que comento es fácilmente observable es la del automóvil. Cuando compras un BMW no sólo estás adquiriendo un vehículo, sino que también estás comprando el estilo juvenil, deportivo y ambicioso que se asocia a esta marca. Asimismo, si nacisteis como yo en los años ochenta, recordareis aquellos volvos que eran sinónimo de seguridad y habréis comprobado como ahora la marca sueca ha cambiado el diseño y reenfocado los valores que intenta transmitir.
Lo de los coches es solo un ejemplo. Podríamos estar aquí días y días desgranando los valores que se asocian a las distintas marcas y productos. Red Bull es aventura, riesgo y energía; Apple es talento, innovación y diseño; o, Ikea que es diseño a precios asequibles.
Indudablemente, podemos concluir que una marca es en gran medida los valores que representa y las experiencias que genera. Las marcas dan lugar a estímulos y experiencias que traducimos y almacenamos en nuestro cerebro para crear una imagen de marca.
En este punto, tengo que reivindicar el diseño porque es una de las disciplinas claves en todo el proceso del branding. Traduce a elementos visuales los valores de tu marca o empresa. Así, tiene un valor estratégico en la comunicación de cómo quieres que los consumidores perciban tus productos o servicios ayudándote a crear valor añadido.
Ya he hablado aquí de la importancia del diseño para tu empresa. Y, es que en entornos donde los consumidores son cada vez más exigentes y los mercados están más saturados, hay que ofrecer algo más que productos y bienes básicos o de consumo masivo, hay que trabajar en el diseño de nuestra marca, empresa o productos para diferenciarnos de nuestros competidores y ofrecer experiencias o estímulos únicos y atrayentes.
¿Cómo hacerlo? Los estímulos que se transmiten han de ir directos al córtex y a las estructuras subcorticales para que la experiencia de consumo se viva a través de los sentidos y se entremezclen razón y sentimientos.
Vivimos en una sociedad visual. Ay, si algo te entra por el ojo. Así que, si no cuidas la imagen de tu web, de tu marca o productos estás perdiendo clientes o dejando marchar a los que ya tenías.
Después de todo lo que te he contado, imagino que ya tienes claros cuáles son los beneficios de invertir en diseño y en elaborar estrategias de diseño.
El mundo está en constante cambio. Los consumidores cada vez son menos fieles a productos y marcas, en este punto las empresas deben estar atentas a los cambios en sus hábitos, percepciones y gustos. Tienes que estar en alerta ante los cambios de tus clientes y adaptarte a las tendencias para ofrecerles las experiencias y estilos de vida que demandan en cada momento. Disponer del producto adecuado para el mercado oportuno, “right product just in time”.
Pero, me estoy yendo por las ramas. Quería continuar hablándoos de los valores y de la importancia que estos tienen en vuestro branding.
Recientemente, el II Estudio Marcas con valores® : “El poder de consumidor-ciudadano”, elaborado por la agencia de marketing, branding y comunicación 21gramos, concluyó que el 80% de los españoles compra en función de otros factores distintos al precio y a la calidad. Sí, una amplia mayoría de los consumidores que participaron en el estudio compran en base a estilos de vida, experiencias y sensaciones más allá del precio y la calidad.
Aquí podéis ver más sobre los estudios de los que os hablo “marcasconvalores.com.”
Apunta la tendencia: la mayoría de los consumidores compra valores.
Voy a darte unos consejos, extraídos de la interpretación de los datos del estudio, para ayudar a que tu marca cale más profundamente en la mente de tu cliente.
A la mayoría de los encuestados, 8 de cada 10, les influye que la marca sea:
- Coherente: tienes que hacer lo que vendes, por ejemplo, si vendes valentía, tienes que ser valiente.
- Honesta: Haz lo que dices que estás haciendo. Si te equivocas, admite el error y pide perdón.
- Confiable: tienes que trabajar para que los consumidores depositen su confianza en ti. Esta confianza será el principio de tu objetivo que no es otro que hacer que los consumidores se sientan orgullosos al comprar o contratar tus productos o servicios.
- Transparente: debes ser accesible y proporcionar la información oportuna a los clientes. En una sociedad cada vez más digitalizada y con acceso a grandes fuentes de información, el consumidor desconfiará de las marcas de las que no sabe nada.
Como premio, por ser un lector fiel de este blog, voy a regalarte dos consejos extra.
Si puedes, haz que tu marca sea participativa. Si los consumidores participan y ayudan en su construcción y configuración, les será más fácil identificarse con ella y sentirse orgullosos de consumirla. Toma nota del dato, al 90% de los millennials les gusta poder tomar decisiones en la marca y en la cadena de valor.
No olvides los valores éticos, sociales y medioambientales en tu proyecto empresarial. Un 58% de los encuestados prefiere una marca o empresa ética frente a otra que no lo sea. Un 60% da prioridad a las marcas que tienen comportamientos responsables con el medio ambiente, que se preocupan por los aspectos sociales o que tienen una política de recursos humanos cuidadosa con sus trabajadores.
Finalmente, vuelvo a advertirte de la importancia del diseño para generar estos intangibles que van a ser claves en el desarrollo de tu proyecto.
Cuida tu identidad visual y en general el branding de tu marca, consigue que sea fiel reflejo de tus valores. El diseño, junto con el marketing, jugará un papel clave en el proceso de fidelización y atracción de los consumidores a través de los valores, de tu marca o tu producto.